Manu Chao Mexico
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MANO NEGRA Revista ERES/MEXICO
Por Raúl David Vázquez
Para la revista ERES
(Debido a que las hojas de la entrevista fuerón arrancadas y me las regalaron, siento no poder dar cita al número y año de la revista).

Con varios discos en su haber, Mano Negra se ha confirmado como una de las bandas más originales de los 90. Combinando en su música desde rai hasta punk, pasando por rockabilly, flamenco y tecno, el grupo que comanda Manu Chao ha logrado aceptación en todo el mundo.

"In the hell of Patchinko", un disco en vivo grabado en Japón, cerró un ciclo muy importante para el grupo, que ahora, para su nuevo LP, "Casa Babylon", regresa con un sonido completamente renovado.

Este disco fue grabado en estudios de varios países y la mayoría de las canciones fueron compuestas durante los dos años que el grupo estuvo en tierras latinoamericanas, captando el espíritu de nuestro continente. La mayoría de las letras son en español, aunque también hay algunas en inglés y en francés. La música tiene una energía enorme y para no romper la costumbre, muestra momentos verdaderamente sorprendentes.

Esto es lo que platicarmos con Manu, francés, hijo de españoles, o según sus propias palabras, "ciudadano del mundo".

Se puede decir que la principal innovación en "Casa Babylon" es el uso de sampleadores y secuencias. ¿Fue ésta la manera de no reptir lo hecho en sus discos anteriores?

El sampleador nos sirve a un nivel práctico, porque cuando estás perdido en la selva de Cólombia y estás haciendo un "jamming" (palomazo) a las tres de la mañana, con 20 tambores africanos o lo que sea, y dices "que pena que no puedo ir a un estudio", lo puedes grabar en un sampleador y luego lo reinyectas al disco y así, puedes tener los 20 tambores.

Luego hay frases en el disco que las sacamos de la calle, de películas o de gente con la que platicamos. El "sampler" te permite todo eso. A nivel de producción, hay muchas canciones que tienen caja de ritmos y eso. Fue el trabajo que se hizo en Nápoles, donde mezclamos varias canciones con una gente que está metida en el "remix". Trabajar por primera vez con gente que tiene esa técnica, fue una gran sorpresa y para ellos tampoco fue fácil, porque era la primera vez que trabajaban con material en bruto que no estaba predispuesto para eso. Ellos tuvieron que adaptarse a nosotros y nosotros A ellos. Pero fue bueno.

El resultado fue interesante, es como un paso adelante para la música de Mano Negra...

Sí, hemos usado máquina, pero de una manera en que no se comió lo nuestro. Ayudó, hizo cosas y nos sirvió para descubrir sus usos. Siempre fuimos muy reacios a las máquinas, vimos tantos grupos ahogados ahí dentro que nos daba como miedo. Pero si utilizas las máquinas como un servicio, como una herramienta, "no problem". Si la utilizas como base de la creatividad, ya es otra cosa. Si alguien lo hace, lo respeto, pero yo no sé hacerlo, mi creatividad no viene de las máquinas.





¿Cómo se adapta Mano Negra a su disquera y al negocio de la música sin comprometer su arte?

Nuestra disquera sabe claramente lo que nosotros queremos hacer y no hacer. Queremos que sea una relación sana de gente, que hace su trabajo. Que ellos no se metan en nuestro trabajo y nosotros vamos a tratar de no meternos en el suyo, pero mientras respeten nuestras condiciones.

Nuestra disquera tiene que adaptarse a lo que es Mano Negra tanto como individuos como en filosofía. A partir de eso, es cuestión de respeto. Cuando les dijimos que íbamos a venirnos dos años a América Latina, se nos quedaron viendo como si fuéramos locos: "Manu, suicidio comercial, ya tienen una gira montada por Estados Unidos y todo". "No, América Latina, dos años, nos vamos", y bueno, nos dejaron venir porque no había remedio. Y ahora se dan cuenta de que teníamos razón, que no era cosa de niño mimado; ahora nos piden que vengamos acá y no que vayamos a Nueva York. Fue una exigencia nuestra que hasta ahora ellos entienden que no era locura. Ahora, en Francia, nos conocen también por todas las imágenes y todas las películas que llevamos de América Latina sobre su realidad; les interesa saber lo que está pasando en los barrios bajos y todo. No era una locura querer venir a América Latina sólo para estar con chicas guapas en el Caribe.

¿Cuál es la alineación que ahora tiene Mano Negra?

No sé decirlo. Entre 3 y 20 depende de lo que haya que hacer. Por ejemplo, Jonder, un niño colombiano de la calle, de 10 años, que canta y baila, es parte de Mano Negra, pero no puede ser parte de la alineación porque todavía no conseguimos su pasaporte y no podemos estar toda la vida tocando en Colombia. Hay varios latinoamericanos: Fidel y Pablo de Argentina, Carlos es nicaragüense.

¿Cuántos somos en Mano Negra? Cuando salimos de gira a Francia, los de Mano Negra eran casi 200, no me gusta la palabra ejército porque no lo es; es toda una fuerza. Toda la gente, hasta la que hace el orden y está en la puerta, es de Mano Negra, tiene que ser responsable del nombre. La que hace la comida, es de Mano Negra, es la madre de uno del grupo. El que monta el escenario, es del grupo. Los conciertos están organizados por gente de barrio, nadie es profesional de la música y la gente que viene al concierto, lo nota.

La acogida es muy diferente a cuando es puro "business". Tocamos en sitios muy difíciles y dejamos entrar a gente muy difícil y los profesionales a veces se asustan. Y con gente de barrio, nunca hemos tenido problemas de ningún tipo.

Para Mano Negra, ¿Cuáles son los límites?

El límite es que nos cansamos. No vamos a seguir haciendo cosas si no tenemos ganas de hacerlas. No tenemos problemas de plata, no nos importa vender más o menos discos. El día que esto deje de ser una aventura y se vuelva un trabajo, se detiene.

¿Qué planes hay para venir a tocar a México?

No lo tengo bien planteado. Me gustaría hacer en México lo que hicimos en Colombia, andar en un tren. O lo que estamos haciendo en Francia con un circo. Hacer algo bello, diferente a tocar en los clubes donde todo mundo. Hacer eso nos va a tomar venirnos a vivir dos meses. La idea está ahí, no sé si se va a hacer. A veces, hay problemas y de cada diez proyectos que planeamos, salen dos o tres, los otros 7 son demasiado locos y no hay dinero o permisos.

¿Qué opinas de todos los grupos, como el tuyo, que incorporan influencias múltiples?

Yo creo que es como todos los movimientos, que empiezan como algo real e innovador y luego se vuelven una moda. Eso ocurrió con los punkies, ocurrió con el reggae, ocurrió con todo. Y no puedes luchar, con eso. Es culpa de nadie y de todos. Es algo natural. Se vuelve una moda cuando salen 2 o 3 grupos para abrir una puerta y luego los jóvenes que nos ven en el escenario, dicen "tenemos que ser como ellos", y se vuelven víctimas del fenómeno de la moda, porque están tratando de hacer algo que ya está hecho. También es normal, porque si eres un grupo que empieza, siempre tienes que empezar aprendiendo de alguien. Antes de hacer Mano Negra, yo estaba copiando a Chuck Berry, a Joe Strummer. No digo que no hay que hacerlo, porque lo entiendo. Que aprendan de nuestra manera de trabajar está bien, pero que luego se alejen a hacer lo suyo. Mano Negra se hizo famoso y nos salió bien porque nos alejamos de todo mundo. Cuando yo llegué a México, me encontré con Maldita; en primera, me extrañó que gente de aquí hubiera escuchado mi disco. Luego, discutiendo mucho, descubrimos que en ciertas cosas había afinidades y en otras no, pero había algo en el aire, más que algo que alguien inventa y otros copian. Que surgan grupos como Maldita en todo el mundo es lógico, es un ambiente general, eso nadie lo inventó. Que en todo el mundo ya estamos hartos de copiar música norteamericana, eso nadie lo inventó. En cada país uno vuelve a escuchar sus raíces, es algo general.

Pero tú, como compositor de Mano Negra, te has ido más a las raíces de otros países que a las del tuyo...

Es que yo no sé cuál es mi país. Nací en Francia, vivo ahí desde hace tiempo y no me siento francés para nada. Tengo cultura francesa porque ahí fui a la escuela, pero cuando estoy fuera, no extraño, Me considero ciudadano del mundo. Cuando estoy en Colombia, me considero colombiano. Hay muchos países, entre ellos y sobre todo, México, en los que me gustaría vivir. Me gustaría estar seis meses aquí y luego otra cosa. No me siento de un país más que de otro. Cada país tiene cosas interesantes y creo que lo más bonito de la vida es conocer el mayor número de cosas posibles. Yo soy así, pero Joe, el bajista de Mano Negra, es un parisino a morir y cuando estamos fuera de París, el tío se muere, bueno, se deshidrata. Es cuestión de temperamento, hay gente que es muy de su casa y yo soy de los vagabundos.

¿Qué pasa con el rock francés?

Hay grupos de rock y de rap muy populares, toda una onda que antes ni pensabas que pudiera salir. Han salido cosas buenas. Ya hay grupos de rock francés que llegan a un gran público; antes, el rock era "underground". Anteriormente el gran público era para balada, pero ahora hay grupos de rock y de rap que son ley. Como Solaar, que es reconocido por todos, los grandes, los chicos, todos saben que el tipo puede componer. Salió un grupo de rap que se llama I Am que es enorme en Francia y que habla de la realidad de los bancos y todo eso.

¿Y las disqueras de allá apoyan a este tipo de grupos?

Las disqueras siempre apoyan a grupos que son populares, no están locos, es comercio. Si no vendes, no te apoya; si vendes, te apoya. Si vendes, tienes que utilizar a la disquera como un arma y tratar de que trabajen para ti. Luego empieza el problema de ser vendido o no ser vendido, Cuando ves grupos que dicen "eso lo hice porque quería la disquera", a mí me da más rencor contra los músicos que contra la disquera. Una disquera todo mundo sabe lo que es, el grupo que hace cualquier cosa que le dicen, tiene problemas.




Al parecer la entrevista se corto o no tiene fin pero es buena, solo hay que recordar que esta entrevista fue hace muchos años.

Las imagenes y el texto corresponden a la fuente citada arriba.
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